lunes, 7 de junio de 2010

Por Raquel Araya



• El calentamiento se basó en el trabajar el cuerpo-mente-movimiento desde la energía personal, canalizándola a partir de imágenes, cualidades, de adentro hacia afuera, por lo tanto, se utilizaron elementos como la sensación del aire, de la tierra y diferenciarlas en el cuerpo a través de la cualidad del movimiento.
• Seguidamente, cuando el cuerpo ya había cargado energía, se trabajó sobre el expandir la energía para luego recogerla, es decir, expresar lo mismo desde un movimiento más interno, más contenido y con ello, se obtiene un cuerpo más presente, que no represente la emoción, ni sobre-actúe, sino que de manera orgánica el cuerpo vaya adquiriendo la capacidad de trasladar las sensaciones, emociones y demás en lugares seguros, lo cual lo lleva a uno a tener mayor libertad tanto expresiva como creativa.
• Al haber trabajado con uno mismo, esto aumenta nuestra conciencia sobre nosotros mismos. Se crea por ende, como un “aura” o círculo de luz alrededor de nosotros, ya que estamos proyectando la energía interna, se adquiere más presencia escénica. Se mueve hacia la “vía negativa”, es decir, a romper con estructuras y estereotipos, para así obtener una expresión más auténtica.
• Luego se pasó a trabajar en grupo. En primer lugar a abrir nuestra mirada, sin dejar de proyectar la energía de la manera en la que lo habíamos trabajado. No quedarse ensimismados, sino poder tener la capacidad y la conciencia tanto de mi “aura” como la de los demás. Tener la facilidad de movernos en el espacio sin chocar con nadie, tener la libertad de hacer movimientos grandes, tener la confianza de que realmente puedo usar el espacio sin invadir el de los demás. Para ello se trabajaron con diferentes acotaciones, como por ejemplo, reducir el uso del espacio y ampliarlo, ampliar o disminuir tanto el tamaño del movimiento, como el de la velocidad. Paralelamente a ello, se trabajó la acción-reacción, lo que nos permite estar “aquí y ahora”, no empujar la acción, sino reaccionar desde lo más verdadero de sí.
• Se hizo mucho énfasis en el enraizamiento. Para ello es necesario reconocer el peso, distribuirlo y enfocar el uso de las caderas, el empujar el piso, el trasladarse con esa sensación, el desplazarnos bajando el peso (sintiéndolo en la pelvis), con el fin de adquirir una presencia contundente e ir abandonando lo “light” cultural con el que nos movemos en el mundo.
• Es difícil el no “demostrar” la sensación.
• El cambio de la dimensión corporal es una búsqueda de la asimetría y que nace de la columna vertebral y la respiración, no de una forma externa.
• El foco de atención en un solo punto, es difícil de mantener.
• No confundir la tensión, la representación, ni las estructuras fijas que cada uno tiene con la tensión necesaria que requiere utilizar cuando se recoge y expresa el movimiento de una manera contenida.
• No hay que preocuparse por calificar un ejercicio, verlos más bien como medios que me facilitan.
• Se trabajó con una partitura corporal, la cual se le fueron agregando los elementos del uso de la voz, cambios de ritmo, teniendo como punto de origen la columna vertebral.
• En los ejercicios de enraizamiento y desplazamiento, es vital doblar las rodillas, hacerlas maleables, flexibles, sirven como pivotes.
• Encontrar los impulsos orgánicos que parten de las diferentes partes del cuerpo.
• Se debe ser inteligente para aprovechar los recursos, como en las artes marciales, que se utiliza la fuerza del oponente, es decir, uno debe “dejarlo ser”.
• Se debe ser contundente en el trabajo sobre los modelos de lo que creo que es “actuar”.
• El director/profe busca desestructurar, en otras palabras, construir una cultura. Se debe trabajar, cuesta, pero el alimento es el problema.
• El problema es la tensión que alimenta al personaje, las resistencias es lo que nos lleva a crear el personaje.
• No es una actuación para que sigue un modelo puro, sino es más bien como “mosca en un pastel blanco”.
• Durante todo el trabajo, se ha ido encendiendo la energía gradualmente con el fin de ir añadiendo componentes.
• El trabajo final, fue la construcción de una partitura de 3 estatus, aplicando todo lo anterior y así extraer un minuto escénico.
• El trabajo de las estatuas, se trasladó al momento de los gemelos, la capucha, el miedo…
• Menos es más.
• Sentir desde la columna vertical para poder comunicarse.
• Se hizo un trabajo sobre la máscara facial, con el fin de ir más allá con la emoción, permitir que salga y se exprese en la cara, la cual es un medio seguro donde se puede instalar. Además facilita el poder expresarse no de una manera convencional, ni tradicional.
• Jugar con los propios ascos, miedos, sensaciones (sin pensarlas).
• La estética con la que se trabaja, es coherente con la búsqueda del N.E.T. Potencia al trabajo. Se trabaja a partir del concepto de “dinámico”, donde los actores son una parte, así como lo es el espacio, el vestuario…para ello se requiere trabajo en grupo, es decir, una estética coral.
• Imagen teatral/momento teatral son parte de los elementos que van construyendo la dramaturgia. Se atisba una escena, se acosa el material.
• Hipótesis crea un mundo.

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